Yo soy Malala, de Christina Lamb y Malala Yousafzai, es el excepcional relato de una familia desterrada por el terrorismo global, de la lucha por la educación de las niñas, de un padre que, él mismo propietario de una escuela, apoyó a su hija y la alentó a escribir y a ir al colegio, y de unos padres valientes que quieren a su hija por encima de todo en una sociedad que privilegia a los hijos varones. Yo soy Malala nos hace creer en el poder de la voz de una persona para cambiar el mundo. Malala Yousafzai se dio a conocer a los once años con un blog para el servicio en urdu de la BBC , en el que, bajo el pseudónimo Gul Makai, escribía sobre la lucha de su familia por la educación de las niñas en su comunidad. Como reconocimiento a su valor y a su lucha, ha recibido numerosos premios: Premio Nacional de la Paz de Pakistán en 2011, Premio Infantil Internacional de la Paz en 2013, XXV Premi Internacional Catalunya 2013. Es la persona más joven en haber sido nominada para el Premio Nobel de la Paz. Malala sigue abogando por el acceso universal a la educación a través del Malala Fund, una organización sin ánimo de lucro que apuesta por programas de gestión comunitaria y que apoya a los defensores de la educación en todo el mundo. Christina Lamb ha sido corresponsal en Pakistán y Afganistán desde 1987. Educada en Oxford y en Harvard, es la autora de cinco libros y ha recibido numerosos premios internacionales de periodismo. Yo soy Malala está clasificado en la materia política internacional. «Yo no hablo por mí, sino por aquellos cuya voz no puede ser oída. Aquellos que han luchado por sus derechos. Su derecho a vivir en paz. Su derecho a ser tratados con dignidad. Su derecho a la igualdad de oportunidades. Su derecho a la educación.» Malala Yousafzai Cuando los talibanes tomaron el control del valle de Swat en Pakistán, una niña alzó su voz. Malala Yousafzai se negó a ser silenciada y luchó por su derecho a la educación. El martes 9 de octubre de 2012, con quince años de edad, estuvo a punto de pagar el gesto con su vida. Le dispararon en la cabeza a quemarropa mientras volvía a casa de la escuela en autobús, y pocos pensaron que fuera a sobrevivir. Sin embargo, la milagrosa recuperación de Malala la ha llevado en un extraordinario periplo desde un remoto valle en el norte de Pakistán hasta las Naciones Unidas en Nueva York. A los dieciséis años se ha convertido en un símbolo global de la protesta pacífica, y es la nominada más joven de la historia para el Premio Nobel de la Paz.